¿Acabas de tener un bebé? En este post te daremos las recomendaciones que se necesitas cuando se amamanta un bebé con reflujo, además, te hablaremos sobre un mito al cual debes hacer caso omiso y te indicaremos la consecuencia de no seguir los consejos al pie de la letra.
¿Tu bebé tiene reflujo y no sabes por qué? ¿Has notado que el reflujo es constante y piensas que es preocupante? O, por otro lado, ¿tu bebé está muy inquieto mientras y después de comer?
En primer lugar, debes saber que el reflujo es una respuesta a la inmadurez del sistema digestivo del bebé, por lo que esta reacción es bastante común.
Aunque con otros niños no hayas vivido esta experiencia, no significa precisamente que el bebé esté enfermo. Sin embargo, hay ocasiones en las que sí debes considerar consultar con un pediatra, pero aquí te indicaremos en qué momentos hacerlo.
¿Qué es el reflujo?
Es cuando los contenidos estomacales se devuelven desde el estómago, hasta el esófago. Es decir, que se devuelve lo que el bebé se ha comido.
Esto puede ocurrir en una persona de cualquier edad, pero en los bebés ocurre con más frecuencia a causa de la válvula inmadura que se encuentra en la parte superior del estómago. Lo común es que se abra para dar entrada a la comida y se cierre para hacer la digestión.
En los bebés, esta válvula muchas veces no funciona correctamente, es decir, no cierra cuando debería hacerlo. Entonces, ¿Cómo evitar reflujos en bebés? Antes de saber esto, debes saber que, hasta que el bebé cumpla los 6 meses de edad, el sistema digestivo no habrá madurado lo suficiente como para que funcione correctamente.
De hecho, si tu bebé nació de forma prematura, posiblemente la madurez se postergue un poco más.
¡Mito al que debes hacer caso omiso!
Hay personas que piensan que el reflujo en los bebés se produce porque han comido mucho. Muchas veces el bebé muestra signos de querer seguir comiendo, pero hay padres que evitan seguir alimentándolos por pensar que “no pueden tener más hambre”.
La verdad es que ¡el bebé sí sigue con hambre! Esto ocurre porque el estómago de un bebé es pequeño y la leche materna se digiere rápidamente. Por eso, necesitan mamar frecuentemente, aunque tengan reflujo.
De hecho, el reflujo hace que el bebé tenga dificultad para ganar peso, por eso la demanda de la lactancia en ellos es mayor.
Consecuencias de no hacer caso omiso al mito
Este mito es falso, por lo que no debes permitir que el bebé aguante hambre. Eso hará que se sienta inquieto, que llore y que la tensión sea tan fuerte que luego el agarre y la succión al mamar sean incorrectos.
La consecuencia de esto es que el bebé traga más aire, el cual luego le producirá más dolor por gases. Evidentemente, si la situación se torna intolerable para el bebé, es necesario hacer todo lo posible por calmarlo y luego seguir con la lactancia.
Tipos de reflujo en bebés
Hay tres tipos de reflujo, uno de ellos es el común, el cual es el que te hemos venido mencionando.
Pero también hay otros 2 tipos de reflujo en bebés, de los cuales te aconsejamos acudir a un especialista, aunque el último no se determine bien cuando se trata de un reflujo.
1. Fisiológico
Este reflujo es el normal y se caracteriza porque el bebé expulsa poca cantidad de leche por la boca, justo después de la toma.
Aquí el bebé no siente ninguna incomodidad, de hecho, se ríe y actúa como si nada pasara. La leche que sale de su boca no ha cambiado de acidez y no tiene mal olor.
La única molestia del reflujo fisiológico en bebés es que se ensucia la ropa y, en este caso, sólo incomoda a los padres, mientras el bebé sigue riendo.
2. Gastroesofágico
Este reflujo hace que la leche se torne de color amarillento, ya que ha comenzado a digerirse y su olor es ácido.
Al devolverse, puede provocar ardor en el interior del bebé, por lo que tiende a arquearse, pues quiere huir de la quemazón que siente detrás de su esternón. El reflujo gastroesofágico en bebés requiere tratamiento médico.
3. Silente
Este tipo de reflujo también debe ser atendido por un pediatra. Posiblemente no sea reflujo y no se sabrá hasta que el médico examine al bebé, pues la leche no llega hasta la boca.
Aquí solo se ve al bebé molesto luego de haber comido y, cuando quiere mamar, parece pelear consigo mismo. Así que se le ve hambriento, pero con malestar.
En algunos casos, el reflujo silente en bebés se presenta con tos, hipo o estornudo sin ningún motivo.
Recomendaciones si tu bebé tiene reflujo
4. Si tu bebé tiene hambre, no esperes a que llore:
Intenta conocer las señales sutiles en las que tu bebé anuncia que tiene hambre.
El llanto es una respuesta tardía de que tiene hambre. Si no sabes cuáles son las señales, notarás cómo luego comienza a agitarse cada vez más, antes de comenzar a llorar.
5. No limites la toma, ni le obligues a terminarlo todo:
Espera la demanda de tu bebé, él mismo te dirá cuál es el límite o si necesita más. No le pongas reloj, espera que te avise.
Sin importar si ha tenido reflujo, posiblemente siga con hambre. Por otro lado, si le obligas a tomar más, habrá un reflujo como mecanismo de protección.
6. Mantén al bebé en posición semi recostado:
Evita dejar al bebé horizontal luego de la toma. Si lo tienes en la cuna o carro, colócalo a unos 45º con respecto a la horizontal, ya que, en horizontal, el estómago y el esófago quedan a un mismo nivel y habrá más posibilidad de que se presente un reflujo.
7. Escoge una buena posición para amamantar:
Las posiciones para amamantar a un bebé con reflujo más recomendadas son las verticales. Consulta con tu pediatra o grupo de lactancia, cuál es la posición más adecuada.