Si estás embarazada y padeces reflujo gastroesofágico, no te preocupes, es más común de lo que crees. Por ello, esta vez te compartiremos algunos tips para prevenir y aliviar los síntomas sin afectar a tu bebé, y puedas disfrutar al máximo de esta etapa.
¿Por qué aparece el reflujo durante el embarazo?
Es común que las embarazadas padezcan reflujo gastroesofágico, especialmente en el primer trimestre de gestación. Se produce, básicamente, porque tu aparato digestivo, a medida que crece el feto, presenta las siguientes alteraciones:
- Disminución de la presión del esófago, por lo que resulta más fácil que los jugos gástricos suban por el esófago provocando esa molesta sensación de ardor y de mal sabor de boca.
- Aumento de la presión en el estómago, debido al crecimiento del útero.
- Ralentización del movimiento intestinal, ocasionado por el incremento de progesterona. Esta hormona relaja los tejidos del aparato gastrointestinal, afectando el funcionamiento normal del proceso digestivo.
También es habitual que se presenten náuseas. Esta sensación se acentúa en la hora posterior a las comidas y si te acuestas para descansar. Dependiendo de la gravedad de tu caso, es posible que experimentes estos síntomas en cualquier momento del día.
¿Cuáles son los consejos más eficaces para evitar el reflujo?
Si tu caso es leve, puedes poner en práctica las siguientes recomendaciones para aliviar los síntomas con relativa facilidad:
- No comas demasiado. Es mejor hacer varias tomas repartidas durante el día. Apuesta por una dieta saludable, sin grasas y con platos preparados a la plancha o al horno.
- No te acuestes justo después de comer, espera, al menos, dos horas.
- Come con la boca cerrada e intenta masticar unas 20 veces cada bocado. Así ayudarás al tránsito del bolo alimenticio y su correcta digestión.
- Usa una segunda almohada para corregir tu postura y evitar una posición totalmente horizontal. Tras la comida, mantén tu espalda recta o ligeramente inclinada hacia atrás.
- Lleva ropa amplia que no te presione demasiado en la zona de la cintura. Si es posible, apuesta por un vestido o un pantalón que no limite tu movilidad.
- Controla tu peso de forma periódica.
- Evita consumir chocolate, embutidos, comida frita, alimentos demasiado especiados o con salsa picante, alcohol, café, vinagre y todo tipo de alimentos ácidos como la fresa o el tomate.
- Inclínate más por alimentos como el jengibre, la manzana, la leche y sus derivados bajos en grasa, pescado y cereales para prevenir la aparición del reflujo o controlarlo.
¿Cuándo es necesario un tratamiento farmacológico?
Exclusivamente cuando el médico así lo aconseje. Los fármacos más utilizados se dividen en dos grandes grupos cuyo contenido te comentamos a continuación:
- Coadyuvantes Antirreflujo: como el alginato de sodio que al no absorberse en ninguna parte del sistema gastrointestinal es muy seguro en el embarazo.
Lo más recomendable para aliviar la acidez y el reflujo sigue siendo cambiar tus hábitos y poner en práctica los consejos arriba indicados. No obstante, una buena alternativa para combatir el reflujo es Milpax, ya que cuenta con los componentes de primera línea para combatir la acidez estomacal y ERGE (Enfermedad por reflujo gastroesofágico) en el embarazo, sin riesgos.